La dislexia es un trastorno persistente de la adquisición y automatización de la lectura que afecta la velocidad y la precisión lectora. Por ello generalmente produce una lectura imprecisa que dificulta la comprensión. Estas afectaciones suelen ir acompañadas de dificultades en la escritura, que corresponden a menudo con un trastorno de la escritura (disortografía), afectando significativamente el rendimiento académico de estos niños ya que la lectura y la escritura son la base de muchos aprendizajes, tanto en asignaturas puramente lingüísticas (lengua) como también en matemáticas (resolución de problemas), historia o sociales.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que los niños que presentan estas dificultades suelen tener grandes fortalezas cognitivas en otras áreas (intelectuales) en las que pueden apoyarse para desarrollar estrategias para compensar sus deficiencias.
El diagnóstico de la dislexia exige una evaluación completa del conjunto de los procesos cognitivos (potencial intelectual, percepción, memoria, atención, razonamiento perceptivo, lenguaje…) y específica de los procesos lecto-escritores, con el objetivo de confirmar la presencia de un problema específico o la posibilidad de que otros trastornos estén provocando las dificultades observadas en la lectura. Además, el análisis de la naturaleza y la frecuencia de los errores de cada niño permite precisar el tipo de dislexia y orientar adecuadamente el mejor tipo de intervención.
La evaluación neuropsicológica de la dislexia permite también decidir las mejores adaptaciones académicas (por ejemplo: tiempo extra, flexibilidad en la corrección de los errores gramaticales y ortográficos…) que pueden beneficiar a cada niño y ayudar al niño a entender sus dificultades y comprender sus puntos fuertes en los que puede apoyarse.
A pesar de la naturaleza persistente de la dislexia, es primordial ofrecer al niño que la padece una rehabilitación que le permita evolucionar y adquirir herramientas para aprender a compensar sus dificultades.
Por lo tanto, una vez realizado el diagnóstico y explicada la naturaleza de las dificultades, la rehabilitación se orientará a las necesidades específicas y a las características de cada niño. Se planteará una rehabilitación específica e individualizada de la automatización de la lectura y de la escritura así como de los procesos de aprendizaje, favoreciendo la adquisición de nuevos conocimientos y la aplicación de nuevas estrategias para todas las demás áreas académicas (comprensión lectora, redacción, resolución de problemas, conocimiento del medio, naturales…) con el fin de disminuir el impacto de sus dificultades y mejorar su autoestima.
En algunas ocasiones, puede ser indicada la intervención de otros profesionales (en el mismo centro o fuera) tales como psicopedagogo, logopeda…
Aviso legal | Todos los derechos reservados 2015 ®